jueves, 11 de junio de 2015

Cueros tóxicos: un grave problema para la CMR

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La industria del curtido de cuero, tradicional en Argentina desde fines del siglo XIX de la mano del desarrollo de la ganadería y la industria frigorífica, tiene una presencia fundamental en la Cuenca Matanza Riachuelo.

Este sector fue identificado por la Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación como uno de los más contaminantes de la Cuenca. El proceso de curtido de cueros genera importantes volúmenes de residuos, sólidos o como efluentes líquidos, con una combinación extremadamente compleja de compuestos orgánicos e inorgánicos, que hace que el sector sea altamente contaminante.

Es posible identificar los principales impactos ambientales del proceso de producción del curtido de cueros centrado en:

●La utilización del metal pesado cromo: El cromo y sus formas son difícilmente biodegradables, por lo cual son una carga para el ambiente debido a su persistencia, acumulación en el tiempo y efectos impredecibles sobre la vida acuática. El cromo VI es un comprobado cancerígeno humano.

●El proceso de biodegradación de materia orgánica descargada en efluentes consume el oxigeno disuelto del cuerpo de agua receptor, que junto a un alto contenido de sales y ácidos, provocan la muerte de la vida acuática y las funciones naturales de los ríos.

●La inadecuada disposición de los residuos (pelo, recortes y virutas de cuero, barros, restos de pinturas y envases) los cuales quedan inutilizables para compostaje u otros métodos de aprovechamiento y/o disposición, como consecuencia del uso intensivo de químicos.



¿Cómo las industrias contaminan la CMR?


Algunas de las industrias que se encuentran radicadas en la Cuenca Matanza Riachuelo utilizan en sus procesos de producción sustancias tóxicas como metales pesados y compuestos orgánicos sintéticos.

Estas industrias, en vez de reemplazar esas sustancias por otras, colocar una planta de tratamiento o pagar un servicio de recolección de residuos peligrosos, vierten esas sustancias directamente al sistema cloacal y pluvial.

Los vertidos son conducidos por la red cloacal a la planta depuradora. Esta planta, al carecer de  sistemas de tratamiento para las sustancias, las arrojan sin ningún control al curso del río.

Otras industrias, que se ubican en los márgenes del río vierten sus descargas directamente a él.

Por último, algunas industrias vierten las sustancias hacia los arroyos que finalmente desembocan en el río principal.


La suma de todos los vertidos contamina la Cuenca Matanza Riachuelo

Fuente: Greenpeace

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